jueves, 30 de julio de 2009

No acepto...

No acepto gratuitamente que me regalen los nervios ajenos, que me involucren en un estrés falso.
Mi vida es mía y soy quien tiene la llave de la cerradura de mis pensamientos.
No es alejarse del mundo, es estar en el mundo de mejor manera, para poder brindar también la mejor manera.
¿Porqué debo contagiarme del apuro y mal humor de quien está en la cola del banco, quejándose ante todos y no va a expresarse ante quien quien corresponde?
¿Porqué el mal humor de quien atiende en un negocio, alguien manejando un vehículo?
¿Porqué un jefe descarga ante sus empleados lo que interiormente no le va bien?
Podría seguir con miles de ejemplos...
Tenemos una naturaleza imperfecta, nos impacientamos, cuando no se obtiene rápidamente lo que esperamos, o recibimos mensajes negativos, es un rebelarse cuando nuestro ser salió con ganas de sonreir, o por lo menos de pasarla bien y algo nos modifica.

Voy a decir un lugar común: cada día es único.


Y por ser único, cosa que debo tener presente en mi frente, en el espejo donde me veo, en mi cotidianeidad,debo buscar lo que me hace ser mejor, lo que me permita desenvolverme a gusto, lo que me haga tener proyectos concretos con una dirección clara, y si se me frustran salir airosa conmigo, porque lo intenté de la mejor manera.
El entorno exterior, muchas veces intenta manejar nuestro interior.

No tengo la receta mágica, pero sé que en mi alcancía emocional debo colocar, diariamente una actitud positiva, un presente en el que me toca juzgar si voy a darle crédito.
La vida no es una lucha de poderes, de gritos de prepotencia.
Que nos la quieran vender así es otra cosa.
Por eso no acepto.
Quiero estrenar cada día un buen presente, y si es muy difícil, tratar de ponerme el mejor ropaje de actitud para enfrentarlo, y si es simple, sólo disfrutarlo.
La actitud que asumimos ante cada situación y cada circunstancia del vivir, será lo que hará la diferencia.
E.Z.

No hay comentarios: