sábado, 8 de agosto de 2009

Las sorpresas que nos dan...las coincidencias


El Día del Niño, es algo especial. He invitado a otro editor a que publique en este blog.

Cuando comencé a leer lo que me envía para subirlo a la web, encuentro que ha comenzado su texto con lo mismo que he titulado hoy.

Es una coincidencia risueña, que me alegra, porque podemos ser diferentes, pero también las palabras nos unen.

Bienvenido al blog:

"Lo esencial es invisible a los ojos, solo con el corazón se puede ver bien"
"T
odas las personas mayores, primero fueron niños (Aunque pocas de ellas lo recuerdan)"- El principito.

Esta mañana nos re-encontramos con mi amigo de la infancia : el Negro, en “su” esquina de Urquiza y Osinalde Como es costumbre la charla gira sobre temas banales, inquietudes, recuerdos, familia, salud, amigos…

Sin querer y sin mencionarlas se hacen presentes las frases de Saint Exupery y su Principito.Entramos, como sucede a menudo, a comparar los “otros tiempos” vividos con la variante de las costumbres que nosotros fuimos acompañando y no terminamos de entender…

¿Te acordás como se saludaba con respeto ?,¿Te acordás que a las personas mayores había que cederles el asiento?,¿ Te acordas…te acordas…?

¡Claro que nos acordamos!, si nacimos aquí nomás a la vuelta del siglo, si no nos olvidamos de nuestra niñez, nuestra memoria de niño está presente.Está el niño que nos identifica para reconocernos en la voz y la mirada.El mismo niño que nos hace sentarnos en el umbral, como vos Negro lo hacés con Alberto y saludan a todos los que pasan con respeto y alguna palabra cariñosa.

Seguimos: -¿Y sabés algo de Pablo o Viyo o de Hector o Armin o …?-Y… estarán con sus otros hijos niños o nietos niños…

-Te he enviado algunos mails – le digo- Mirá , me contesta, veo poca tele y pocos diarios.Las noticias… viste lo que son…mejor me dedico a mi huerta, tengo unos perejiles así de grandes (haciendo ademán con los brazos de la grandilocuencia del tamaño).

La charla sigue por todos los caminos congruentes e incongruentes de todos estos encuentros.

¡ Cuidado! ¡ no te cruces la calle!, le dice a su nieto. Creo que él está demandando la compañía del abuelo que se ha dejado una barba blanca para parecerse adulto.Es el momento de despedirnos.

-Bueno , chau , saludos a la familia.

Pego la vuelta con la placidez de haber encontrado a mi amigo niño de siempre, deseando secretamente que la niñez nos siga acompañando cuando seamos mayores.

E.L.G.

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