Hace mucho tiempo, andando con mucho placer en una librería, encontré por casualidad un libro de reingeniería humana, tema que me interesó por el hecho de mejorar situaciones.
Y hablaba entre otros, de la virtudes y defectos que todos tenemos.
Seguí investigando y encontraba sencillamente que sólo mejoramos cuando tenemos balances claros y en esa claridad debe salir que queremos para nuestra vida.
Soy adulta, tengo todo un pasado y sin embargo sigo planteándome un mejoramiento acorde a mi edad y deseos. No estamos solos, entonces los proyectos muchas veces son mancomunados, porque por perseguir nuestros ideales podemos destruir los de otras personas.
Y es bueno reconocer nuestras debilidades para ver "nuestros espacios críticos", en donde está aquello que no nos permite crecer,que nos traban el crecimiento personal, y poner en otra columna lo que consideramos nuestras fortalezas.
Si no los detectamos es bueno preguntar a quien es confiable, que ve sobre nosotros, que no será una verdad incondicional sino un instrumento que puede ayudar a que seamos mejores.
El quien somos y el cómo somos, hacen a nuestro desarrollo familiar, empresarial, a caminar en la vida. Podemos seguir viviendo como estamos si todo está bien, sobrevivir con circunstancias puntuales que nos impiden crecer,ver si estamos llevando una mochila demasiado pesada o liviana, o admitir nuestras debilidades para mejorar y que el balance sea equilibrado.
Aquí hay un paisaje y todo depende de nuestra actitud para pintarlo de gris o llenarlo de colores.
Abramos las puertas de nuestra mente, para llenar de la capacidad inherente a cada uno.
La llave de la actitud es personal, sepamos usarla.
Elisa Zonis
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