lunes, 17 de agosto de 2009

Que me dejó José de San Martín...

Para mí el día 17 de agosto, tiene una connotación de mucho acercamiento a los valores espirituales.
Desde muy niña, mis maestros de la Escuela domingo Matheu de Gualeguaychú, me enseñaron a ahondar en el espíritu de libertad que abocaba El Ilustre José de San Martín.
Concurrir a la plaza a la tarde, sentir el clarín,desde niña me emocionaba.
Me gustaba cuando me planchaban con almidón (delato mi edad)las tablitas chiquitas de mi guardapolvo blanco y me ataba a la cintura un moño grande.
Me sentía feliz por estar seleccionada para concurrir a la plaza.


Y de a poco en esa infancia tan feliz, comencé a incorporar en mi vida los valores que él había destinado a su hija Merceditas.
Los comparto:

Humanizar el carácter y hacerlo sensible aún con los insectos que no perjudican. Stern ha dicho a una mosca -abriéndole la ventana para que saliese: “Anda, pobre animal, el mundo es demasiado grande para nosotros dos.”

Amor a la verdad y odio a la mentira.
Inspirar gran confianza y amistad pero uniendo respeto.
Caridad con los
pobres.
Respeto sobre la
propiedad ajena.
Acostumbrar a
guardar un secreto.
Indulgencia hacia todas las
religiones.
Dulzura con los
criados, pobres y viejos.
Hable poco y lo preciso.
Estar
formal en la mesa.
Amor al
aseo y desprecio al lujo.
Amor por
la patria y la libertad.

Gral. don José de San Martín (Argentina, 1778-1850)

Por eso a esta fecha la siento muy mía y por ello la comparto, para multiplicar en la lectura primero de los valores y luego en su aplicación, a todos aquellos que amen ser libres.
La idea de libertad no es externa, comienza en nuestro interior y se agiganta explotando en nuestro pecho con alegría, para acercarla a quienes carezcan de ella.
E.Z.

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