martes, 8 de septiembre de 2009

Cada uno tiene su llave...


Hace mucho tiempo, andando con mucho placer en una librería, encontré por casualidad un libro de reingeniería humana, tema que me interesó por el hecho de mejorar situaciones.
Y hablaba entre otros, de la virtudes y defectos que todos tenemos.
Seguí investigando y encontraba sencillamente que sólo mejoramos cuando tenemos balances claros y en esa claridad debe salir que queremos para nuestra vida.
Soy adulta, tengo todo un pasado y sin embargo sigo planteándome un mejoramiento acorde a mi edad y deseos. No estamos solos, entonces los proyectos muchas veces son mancomunados, porque por perseguir nuestros ideales podemos destruir los de otras personas.
Y es bueno reconocer nuestras debilidades para ver "nuestros espacios críticos", en donde está aquello que no nos permite crecer,que nos traban el crecimiento personal, y poner en otra columna lo que consideramos nuestras fortalezas.
Si no los detectamos es bueno preguntar a quien es confiable, que ve sobre nosotros, que no será una verdad incondicional sino un instrumento que puede ayudar a que seamos mejores.
El quien somos y el cómo somos, hacen a nuestro desarrollo familiar, empresarial, a caminar en la vida. Podemos seguir viviendo como estamos si todo está bien, sobrevivir con circunstancias puntuales que nos impiden crecer,ver si estamos llevando una mochila demasiado pesada o liviana, o admitir nuestras debilidades para mejorar y que el balance sea equilibrado.
Aquí hay un paisaje y todo depende de nuestra actitud para pintarlo de gris o llenarlo de colores.
Abramos las puertas de nuestra mente, para llenar de la capacidad inherente a cada uno.
La llave de la actitud es personal, sepamos usarla.
Elisa Zonis

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