Siempre digo que debería tener un cartelito colgado delante de mis ojos, que me dijera: da vuelta el reflector.
La vida es demasiado linda, y suele tener también momentos ásperos.
Pero esos que son producidos por la naturaleza, por enfermedades, pérdidas, son otros....
Me refiero a lo cotidiano.
- ¿Podemos mirar nuestro vecindario?
-Cuando salimos a la calle : ¿Cuándo nos ven nos saludan con alegría o nos esquivan?
-En nuestra casa: ¿ sentimos felicidad, alegría, o son sólo pesares, discusiones, mal humor?
Creo que es bueno reflexionar, mirarnos hacia adentro y saber claramente qué pretendemos para nuestra vida, que va transcurriendo.
Los problemas son montañas.
Las montañas más lento o más rápido, se pueden escalar y una vez que uno llega a la cima, queda la opción de :
- tirarnos de cabeza,
- detenernos y disfrutar del paisaje,
- o quizás compartir el momento regalando aire fresco a nuestros pulmones,
-tomar de la mano a alguien querido y decidir vivir juntos en alegría.
Tantas opciones tenemos, como pensamientos...
Lo que quiero expresar es que nunca hay que desaprovechar los instantes que nos da la vida en pequeñeces que no conducen a ningún lugar, que sólo menoscaban la autoestima y hacen sufrir un desgaste difícil de reparar.
Yo elijo.
Nadie puede elegir por mí.
Si estoy molesta es porque he permitido que alguien abra mi puerta y me moleste.
Si estoy bien, es porque me siento cómoda y decidí esta opción.
Quisiera como el canto de niña, abrir la puerta para salir a jugar.
Hoy,soy grande, tengo opciones, intelecto, y opto, cuando puedo: disfrutar.
Escucho mucho, hago silencios, decido.
Todos podemos mejorar el entorno, es una cuestión de educación, de actitud, de respetarme y de respetar a los demás.
Cada pueblo, cada ciudad, tiene su idiosincracia, pero quienes vivimos en ellos, podemos siempre algo mejorar. Aunque sea ver el sol, detrás de las nubes...y compartirlo.
Elisa Zonis
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